No hay título alguno que distinga a un adepto experimentado de un
principiante, a no ser la irradiación espiritual que puede emanar de
él. No hay ningún criterio físico exterior que permita verdaderamente
clasificar a los adeptos. Se puede ser un auténtico yogui sin poseer
una flexibilidad extraordinaria y, a la inversa, um contorsionista no
es, por el mero hecho de serlo, un yogui.
Andre Van lysebeth, citado en yogajournal España nro. 20
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